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Desde Vigo, Ártika Cía. nos visita el fin de semana del 30 de septiembre-1 de octubre para presentarnos «Mosca».

 

¿De dónde nace la idea de «Mosca»?

 

Mosca nace de la necesidad de contar la violencia que sufren los menores en diferentes entornos, en este caso en el ámbito escolar. El impulso a contar la historia del protagonista de Mosca, Pedro, surge de dos casos que nos conmocionaron y nos removieron las entrañas. Diego, un niño de Leganés que se suicidó hace unos doce años dejando una carta que luego se hizo pública en los periódicos y el caso de Alan, el primer chico transexual que se suicidó un día de nochebuena debido al bullying que sufría en su entorno escolar.

 

El dramaturgo y director de la pieza, Gustavo del Río, le ha dado una visión personal la historia de Pedro se cuenta a través de la visión de su padre, de su madre y su profesora de cómo estas personas, y el propio Pedro, afrontan la situación.

 

Por una parte, tenemos a la profesora, que se mueve entre lo que quiere y lo que puede hacer. Ella ve que los protocolos del centro, en lo que respecta al acoso, no están bien llevados, no cuentan con tantos recursos como les gustaría y, además, tampoco encuentra esa comunicación que se debería establecer con la madre y con el padre. En el caso de estas dos figuras, el conflicto gira en torno a cómo se dan cuenta de lo que vive su hijo. Tienen una falta de comunicación bastante grande en lo que respecta a Pedro, por lo que se van dando cuenta poco a poco de lo que realmente está ocurriendo. En su caso, el conflicto es como asumen por separado, la madre y el padre, y de cómo pueden llegar a una solución.

 

Más allá de la visibilización y denuncia del acoso escolar, ¿hay algún otro mensaje que queráis trasladar?

El tema principal de la obra, sin lugar a duda, es el acoso escolar. En la pieza se trata el acoso escolar por la condición sexual, pero podría hacerse una similitud con todos los tipos de violencia por este tipo.

 

A partir de este tema, podemos ver reflejados otros mensajes como son la relación familiar, la no comunicación en las familias y los roles de género, muy marcados en esta pieza.

 

También hace denuncia a la imposibilidad con la que se encuentran algunos docentes a la hora de hacer frente a este tipo de situaciones.

 

¿Cuál ha sido el reto a la hora de interpretar a los personajes de “Mosca”?        

Hemos enfrentado este trabajo con mucho respeto y delicadeza. Hemos querido llenar de verdad los momentos por los que pasan los personajes en la pieza.

 

En el proceso de creación, hemos trabajado a partir de testimonios de víctimas y padres cuyos hijos han sufrido la persecución y agresión. Incluso hemos trabajado desde nuestras propias historias y recuerdos de la época escolar.

 

¿Cuál es vuestro sello como compañía?

 

Nuestras piezas escénicas siempre tienen un valor social que va más allá de la historia que queremos contar. Sin duda el teatro y la danza, y más en el momento actual que vivimos, deben ser resortes que hagan que nuestro cerebro y nuestro cuerpo se inquiete en el patio de butacas. Una inquietud que nos debe llevar a la reflexión cuando salimos del teatro.

 

Escena de "Mosca" 

 

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